Interacción hombre-robot con LBR iiwa ideal para las transmisiones de precisión
Škoda, el fabricante de automóviles europeo de toda la vida, pasó a ser una filial del Grupo Volkswagen en 1991. En 2011, Volkswagen decidió convertir la planta de 1000 empleados de Škoda ubicada en Vrchlabí en una que solo produjera su caja de cambios DQ200 de siete velocidades y doble embrague con transmisión automática.
«Este tipo de transmisiones requieren mucha precisión», afirma Ivan Slimák, director general de la planta de Vrchlabí. «Por ejemplo, tenemos muchas partes móviles con una tolerancia muy limitada».
Este tipo de precisión es lo que mejor se le da al KUKA LBR iiwa. El robot sensitivo introduce los pistones del actuador del engranaje con precisión y utilizando minuciosamente la información de los sensores que tiene en cada uno de sus siete ejes.