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El grupo del futuro

El aumento de la conectividad en la producción industrial brinda oportunidades inimaginables. Las empresas que se definan a sí mismas a través de un ecosistema abierto tendrán éxito.


Guest author
5 de septiembre de 2024
Tecnología
Tiempo de lectura: 3 minutos

Oliver es un violinista de gran talento. Pero su carrera no despega. Por eso decide unirse a un conjunto. Y he aquí que, poco a poco, se producen los progresos esperados. Las composiciones se vuelven más exigentes, los conciertos más variados. Pero cuanto más complejas se vuelve las piezas, más chocan los grupos instrumentales.

Aunque hay armonía entre las cuerdas, no hablan el mismo idioma cuando tocan juntas con los vientos, "tocando una al lado del otra". Lo que falta: un director de orquestra. Ella ve el conjunto, no sólo asigna a los músicos sus papeles, sino que también da al conjunto una idea común.

Los que conocen sus puntos fuertes tienen ventaja. Los que los combinan estratégicamente con otros tendrán éxito. Un principio que puede encontrarse en todos los ámbitos: en la música, en el deporte, en los negocios... y también en la automatización. En el IoT industrial, los paisajes de producción se están fusionando con el mundo digital en toda la cadena de valor. Por tanto, las empresas de éxito serán las que se definan a sí mismas a través de un ecosistema abierto. El objetivo es aumentar la conectividad interna y externa y conectar con organizaciones, empresas y expertos. A una interacción de ideas y conocimientos, hombre y máquina.

La empresa de automatización fpt robotics, socio de KUKA desde hace muchos años, hace suya esta visión con su filosofía de control. Permite una comunicación sencilla entre todos los componentes industriales. El planteamiento: a cada minúscula unidad se le puede asignar su propia inteligencia, que el controlador reconoce y orquesta en función de la tarea y el proceso. Esto significa que los conjuntos individuales pueden combinarse con total flexibilidad, independientemente del fabricante. Esto, a su vez, permite a las empresas industriales adaptar individualmente sus sistemas de automatización a las nuevas condiciones. Desde la unidad de producción más pequeña hasta el entorno de producción completo, pasando por los distintos periféricos.

Las células robotizadas pueden complementarse individualmente con componentes periféricos a una línea de producción existente, controlada y visualizada de forma centralizada.

Procesos como el prensado, la clasificación, el transporte, el envasado y las pruebas disponen de una interfaz estandarizada y pueden ampliarse en función de las necesidades. La particularidad: Con una interfaz de usuario basada en iconos y funciones táctiles intuitivas, los sistemas integrados se pueden parametrizar y programar fácilmente. Una tecnología que permite a absolutamente todo el mundo convertirse en el compositor de su propia producción. Con el sistema de control como director de orquesta, las empresas pueden marcar el ritmo por sí mismas. Los distintos participantes se combinan individualmente para formar un conjunto de producción óptimo. De este modo, incluso las «composiciones» más complejas pueden realizarse con facilidad. Porque en una orquesta, como en una empresa, una cosa es crucial: la interacción de todas las disciplinas. La filosofía de control es el resultado de décadas de experiencia en automatización y sofisticadas tecnologías de la información. Y por último, pero no por ello menos importante, una comprensión fundamental de lo que ofrece a las empresas industriales un verdadero valor añadido y las equipa para los retos del futuro.

Toda solución de automatización consta de una serie de participantes que deben trabajar juntos a la perfección

Esta sencillez de programación y manejo de componentes de los más diversos fabricantes, hasta la unidad más pequeña de un robot plug-and-play, significa sobre todo una cosa para los usuarios: seguridad para el futuro. No es necesario escribir software durante la puesta en marcha, ya que los módulos de software ya preparados pueden vincularse fácilmente al proceso global. Esto significa que las células robotizadas pueden complementarse y controlarse individualmente con componentes periféricos para una línea de producción existente. Una arquitectura de comunicación integral registra y visualiza todos los datos de producción necesarios en tiempo real y centraliza el control de todo el proceso de producción, incluida la integración de sistemas de terceros. Las interfaces estandarizadas tanto en el hardware como en el software permiten agilizar los procesos de configuración al cambiar de variante, lo que redunda en la optimización de los costes de las piezas. Los costes básicos sólo tienen que invertirse una vez, mientras que los costes relacionados con el producto se reducen significativamente gracias a los tiempos de producción más cortos y a los esfuerzos de planificación para proyectos posteriores. La universalidad es lo que realmente cambia las reglas del juego: gracias a la reutilización a nivel de ensamblaje y módulo, se puede conseguir una producción rentable incluso para pequeñas cantidades.

Aquí puede ver cómo puede ser este concepto en la práctica (sólo disponible en alemán).
Encontrará otro ejemplo de conectividad de la producción aquí.

Este artículo apareció en TECHNE 03/23, publicado por fpt robotics.
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