El KR QUANTEC PA en la carpintería Voit
Un robot de KUKA proporciona rapidez y precisión en la carpintería.
¿Qué tiene que ver una carpintería con el sector automovilístico? A primera vista, uno piensa que nada. Sin embargo, la carpintería Voit lo ha convertido en su competencia principal, cuidando de que en los concesionarios de los fabricantes de renombre de la industria automovilística alemana se respete la identidad corporativa.
Para ello se hace cargo del interiorismo de los concesionarios, así como de la decoración de las oficinas y las salas/zonas destinadas a los clientes. En esta carpintería, el paletizado de las planchas de madera en una chapadora de cantos bilateral lo realiza un robot de brazo articulado KR 180 R3200 PA de la serie KUKA KR QUANTEC.
La empresa familiar Voit, sita en Au/Hallertau (Alemania), fue fundada en 1919 por Stefan Voit como carpintería y está especializada en el mecanizado de madera a alto nivel para el sector del mueble y el interiorismo.
La empresa, que cuenta con 50 empleados y está dirigida por Stefan Voit en tercera generación, es proveedora de los fabricantes de renombre de la industria automovilística alemana y se ha especializado en el interiorismo de concesionarios, desde los escritorios de los empleados hasta las zonas de exposición y las salas destinadas a los clientes.
Apilado mediante tecnología de vacío
Del apilado en la salida de la máquina se haría cargo el robot. Así se acordó con la empresa Fischertech de Sasbach am Kaiserstuhl (Alemania), compañía colaboradora de KUKA Roboter GmbH. Dicho y hecho: El KR QUANTEC PA se ocupa del apilado de los tableros de madera en la parte posterior de la máquina. Los tableros son fresados y encolados en la máquina; a continuación salen de la misma por encima de una mesa de rodillos, de donde un robot los recoge con ayuda de una garra de vacío y los apila.
Sin embargo, esto no siempre es tarea fácil. De vez en cuando, hay que colocar piezas de mueble diferentes una junto a la otra. No obstante, esto no supone ningún problema para el robot de KUKA. El programa del robot controla la garra de forma exacta, adaptándola a las dimensiones de las piezas. Así es capaz de apilar las piezas en base a configuraciones de apilado predefinidas.
Cuando una pila está llena, es sacada de la célula del robot de forma automática sobre un transportador a rodillos. Si van a realizarse más chapados de cantos, el robot vuelve al principio de la máquina. El sistema de seguridad integrado reconoce de forma autónoma si una pila sale de la máquina o si una persona desea acceder a la célula de robot. En este último caso, el robot se detendría de inmediato. En Voit, el empleado encargado del manejo del robot ha recibido la debida formación en materia de robótica, pero sus responsabilidades no incluyen la programación del robot.
"Para cada uno de nuestros clientes se configura un programa específico que incluye tan sólo determinados parámetros como longitud, anchura y espesor. El cliente no tiene más que definir la pieza más pequeña y la más grande a mecanizar; en el caso de Voit, se trata de la pieza de mueble más pequeña y la más grande a apilar. El operario sólo tiene que saber cómo modificar estos parámetros, más conocimientos no son necesarios", explica Roland Fischer, propietario de la empresa Fischertech.
La ventaja es que se dispone de una interfaz de datos con la chapadora de cantos, de forma que sólo es necesario introducir uno o dos valores nuevos. El dispositivo de manejo es también una solución personalizada. El KUKA SmartPad, en forma de panel táctil,ofrece una interfaz de usuario adaptada por KUKA para Fischertech y dispone de una pantalla de manejo para introducir las variables de producto necesarias y visualizar los distintos parámetros de la completa instalación.
Con tan solo un clic se puede acceder a cualquier sitio,: una superficie gráfica integrada sencilla y completa
Elevada velocidad y precisión
Con ayuda del robot logramos apilar 2.400 piezas por turno, antes se apilaba un 40 % menos
"Además ahorramos energía, pues el robot alcanza el mismo número de piezas en menos tiempo que la máquina que teníamos antes", continúa explicando Voit.
El empresario creía que el cambio iba a ser más difícil. "Nuestras expectativas han sido superadas con creces. La integración del robot en el proceso de producción se realizó muy rápidamente; tres días después pudimos seguir con la producción. El robot trabaja sin fallos desde hace tres meses y hemos podido aumentar la calidad y el rendimiento". Tanta satisfacción nos da alas para idear nuevos robots. Por ejemplo, para colocar las piezas en la entrada de la chapadora de cantos.